Todo estado tiene el deber de garantizar el orden y protección de la nación, ya sea ante situaciones que se presenten a nivel interno (narcotráfico, delincuencia, traición a la patria, etc.), como ante situaciones o conflictos a nivel externo (problemas diplomáticos, bloqueos económicos, guerra, etc.); si un estado no garantiza el orden y la protección de la nación, el pueblo pierde confianza en sus autoridades, principalmente en las encargadas de hacer posible la seguridad nacional, esto puede desencadenar un conjunto subversiones contra el estado, de igual forma puede poner en riesgo la estabilidad económica y social del país llevándolo a una crisis permanente, se debe tener claro que la seguridad nacional requiere de dos factores; las fuerzas del orden y la inteligencia, por ejemplo los problemas con la delincuencia se pueden aplacar fácilmente, no combatiendo directamente a la delincuencia, sino por el contrario atacar aquellos mercados negros donde se vende la mercadería robada, de esa manera se desarticula el robo ya que no hay forma de que lo robado sea vendido, otra medida podría ser imponer una ley que todo aquel que tenga productos robados o de procedencia dudosa y que sea directamente acusado del crimen de robo; de esta manera se demuestra que la seguridad ciudadana no solo requiere fuerzas del orden sino que también requiere inteligencia de parte de las autoridades gubernamentales, sin embargo dichas autoridades muchas veces parecen carecer de este don de Dios.
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